Una vez escribí una carta de amor o
algo así. Pero a horas de entregarla noto que parece escrita en sumerio; ininteligible
a más no poder. Así que decido transcribirla íntegramente para después
imprimirla. Como no tengo impresora, debo ir a un ciber. Qué vergüenza, pensé.
Pero el caballero del ciber me conoce, sabe que a ratos soy profe y siempre le
imprimo guías y pruebas para mis desafortunados alumnos. Así que opté por esconder
mi romántica epístola bajo la apariencia de una prueba más. Escribo como título
«Ejemplo de Carta Formal», prosigo con «nombre, fecha,
curso», para rematar con «identifique las
partes de la siguiente carta». Al verla impresa no vi sino
vanguardia. Todo el camino me fui orgulloso de mi espontánea creación.