domingo, 9 de diciembre de 2018

Te parecías a la Presidenta.




a K. 


Creo que estaré soltero por siempre le digo a Diego. Él me dice que no todo está perdido, que al menos soy bacheletista. Le digo que las mujeres no valoran eso. Una vez le dije a una niña “te pareces a la presidenta” y no le hizo ninguna gracia. Esto se lo dije mientras apretaba sus mejillas y eso menos gracia le hizo. Si me dices eso de nuevo no te hablaré más. Así me gustan a mí, mujeres con carácter, como la presidenta, grité con pasión. Con amorosa, desbordante y concertacionista pasión que a ella no le gustó para nada. Luego fuimos al cine. A la salida le dije que la mejor película del mundo sería una sobre Michelle Bachelet y que ella debería protagonizarla. Ya po. Te extraño. Desbloquéame.


Diciembre 2017



martes, 4 de diciembre de 2018

Te extraño con el desgarro de un exiliado.



a J.A.Q


Te extraño con el desgarro de un exiliado. Como a quien lo arrancan de su hogar sin siquiera darle el tiempo de armar una maleta, de improvisar una despedida, de pisotear un último cigarro y despiertas  arrojado en calles que desconoces, de las cuales solo te han contado, cargando un cuerpo inconcluso, tambaleándote por ayuda. Pero acá no reconocen tu cuerpo, ni hablan tu lengua y los aldeanos se persignan ante tus heridas. Pasa que sangran mucho; las creen estigmas. Te extraño con el dolor del apátrida, del más errante de los hombres. Aquel cuyo hogar es ahora un extravío, un apartado deshojado, un país inexistente.



domingo, 2 de diciembre de 2018

¿Por qué me grabas? Me preguntas insistente entre risas y yo no tengo respuesta alguna.








¿Por qué me grabas? Me preguntas insistente entre risas y yo no tengo respuesta alguna. Bueno, es tu manera algo extraña de amarme te respondes ya rendida a mi manía por documentar hasta el más imperceptible de tus gestos, como si fueses el más bello de los hallazgos, el más extraño de los sucesos. Como si fueses un avistamiento ufológico, de esos que narras y nadie cree a menos que cuentes con un tembloroso registro. La evidencia, se les dice. Yo te grababa con la pasión de un ufólogo escrutando los cielos, nervioso, incrédulo, a sabiendas que te irías pronto, susurrando una plegaria en sumerio que me permita retenerte unos segundos más y de antemano convencido que este encuentro nadie lo creerá.