Civilizaciones antiguas
veían en el momento del orgasmo un espacio de comunión con Dios; yo discrepo
por un poco. El verdadero enlace con la divinidad está en lo segundos
posteriores a la eyaculación. Pues solo se llega a Dios con la tula húmeda y
flácida. Por eso lloro tras meterlo. No, no es depresión post coital lo que hay
acá. Es misticismo, es profunda y lacia religiosidad.