viernes, 18 de noviembre de 2016

Continuamente se me acusa de ser pesimista o sobre ungüentos calmantes.

a K.




Continuamente se me acusa de ser pesimista y ellas me dicen cosas como “no puedo con tu pesimismo”  para luego desaparecer como si nunca hubiesen llegado. “Un pesimista es un realista” me  repito con poca y nula convicción. Pero entonces recuerdo a Leonard Cohen y una de sus tantas frases que calan la sien: “yo no soy pesimista porque el pesimista espera que llueva y yo ya estoy empapado”; una fórmula elegante para decir que no espera que lo meen porque ya está todo meado. Aunque a veces llega gente con sus paraguas colorinches y no hay cómo explicarles que ya nos mearon y lo hicieron con alevosía y así como  ya no hay cómo explicarle a tu carita almidonada que tus ojitos achinados y ese anecdotario infinito que tejías en mi presencia  hacían las veces de ungüento calmante, esos que te maquillan la piel a sabiendas que una cicatrización es un imposible. “El pesimista debe inventar a diario razones para vivir” dice Cioran, y en más de una ocasión saberte cerca y tan bonita fue mi porqué he de seguir aquí. 


Hasta siempre, chinita. Gracias por aparecer. 

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