J. me deja durante el día internacional del
zurdo. Casualidad que de alguna manera refuerza el carácter siniestro del
suceso. Aunque todo indica que el término tuvo lugar varios días antes; pero
que en la porfía de mi amor no lo haya querido aceptar con tal de no empañar
las celebraciones del que hasta hace poco era mi día favorito del año. Dentro
de las incontables consecuencias colaterales de este término se encuentra, entonces,
el dar con una nueva efeméride favorita, y con esto encontrar alguna nimia razón
por la cual continuar. Al menos queda poco para mi día predilecto, me diré enjugando
el llanto y preparando el cotillón.
Agosto 2018
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