miércoles, 28 de enero de 2015

Consideraciones sobre los libros usados.







Por varias razones prefiero los libros usados. Luego de comprarlos suelo hojearlos en busca de anotaciones, hojas secas y tonteritas de ese estilo. Me he encontrado con fotos familiares, postales, boletos de micro, etcétera. Ayer me encontré con una cartulina recortada en forma de corazón donde se leía "Miguel, erís muy lindo". Pensé en la chica que lo había escrito: tímida, iba todas las semanas a sacarle libros con tal de tener un tema de conversación con él; jamás pudo armarse de valor para decirle que lo quería. Quise correr para avisarle que el amor había llegado a su vida en formar de corazón mal recortado. Pero pensé en que al enterarse de esto, probablemente Miguel dejaría de ser un pobre y triste hueón; dejaría entonces su adicción a las drogas duras y, con esto, dejaría de vender libros a precios angustia. Por lo tanto, su felicidad no me convenía. La felicidad ajena nunca nos conviene.

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