miércoles, 28 de enero de 2015

De pronto me vi en pelota sujetándome el pene erecto y acercándolo al teclado entre risitas idiotas...






De pronto me vi en pelota sujetándome el pene erecto y acercándolo al teclado entre risitas idiotas. Mi intención era tan simple como ridícula: escribir un estado presionando las teclas con mi tula. Solo podía pensar en el orgullo que me invadiría al ver realizada mi empresa y en tu reacción al saberlo. Pero para bien o para mal, me detuve a tiempo. Aproveché mi desnudez para ducharme y ahí, con el agua cubriéndome el rostro, comenzar a llorar.




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