lunes, 2 de febrero de 2015

El Ovni Al Servicio Del Proletariado: Una Breve Introducción Al Marxismo Ufológico









Comunistas y alienígenas se han encontrado en varias ocasiones. En los 50, por ejemplo, Estados Unidos se valió del cine de ciencia ficción clase B para sembrar el miedo a una inminente invasión soviética. Salvo que el forastero acá tomaba forma de extraterrestre, ojalá lo menos antropomórfico posible. La idea de que de la noche a la mañana Washington sería arrasada por una potencia extranjera amenazando el American Way of Life vivía en el inconsciente colectivo del norteamericano promedio. Así como también, la certeza que serían defendidos sin vacilar por sargentos que estaban dispuestos a inmolarse de ser necesario.

El alienígena hablaba un idioma extraño, se comportaba robóticamente y obedecía a su superior sin el menor reclamo. Pues carecía de individualidad alguna; respondía a un colectivo desalmado. Ideas que, claro está, correspondían a la idea del comunismo soviético que manejaban los medios de comunicación estadounidenses y que se esforzaban por transmitir a la población.

Sin embargo, tres décadas antes ya se había usado al extraterrestre en el cine para personificar al comunismo. Pero, en esta ocasión, desde la trinchera contraria; desde la trinchera oficial. Aelita, Reina de Marte de 1924 es un clásico del cine soviético mudo y un precedente de toda ciencia ficción, incluso de Metrópolis de Fritz Lang. En esta película un joven soldado bolchevique viaja a Marte donde inicia una revolución proletaria para derrocar al rey, con la ayuda de la reina Aelita, quien se enamoró de él; ya que nadie se resiste a un bolchevique interestelar. Aunque si bien, la película no fue bien recibida, pues un análisis un poco más fino nos da cuenta de cierta crítica implícita a la revolución, cumple en parte con su fin propagandístico y coincide, de cierta manera, con esta extraña unión entre comunismo y naves espaciales de la cual abusarían los Estados Unidos en el auge de la Guerra Fría.

Ahora bien, lejos de lo propagandístico, marcianos y socialistas tuvieron su encuentro más notable en la mente de uno de los políticos más controversiales de la izquierda argentina: J. Posadas. Seudónimo de Homero Rómulo Cristalli Frasnelli, político trotskista y escritor prolífico que llegó a fundar su propia Cuarta Internacional. En sus textos abarcó un sinnúmero de temas, desde la música a la historia árabe, desde el deporte hasta Beethoven, pasando por la biología y la vida en el espacio, pero siempre intentando acomodarlos a su pensamiento. Tal vez una de las temáticas más polémicas que trató y a la cual se le debe en gran parte su inmortalidad fue su intento de conciliar la posible vida extraterrestre con el pensamiento socialista.


Posadas estaba no solo convencido de la vida extraplanetaria, sino que además aseguraba que de existir estos seres, habrían llegado por sus propios medios a una suerte de socialismo universal y que sus contantes visitas a nuestro planeta tendría como objeto ayudar a la instauración de este sistema socialista extragaláctico. En Posadas vemos al socialismo como una especie verdad universal, en el literal sentido de la universalidad. Podemos creer entonces que Lenin y Marx serían meros apóstoles  de esta Buena Nueva que abrazaría a toda la galaxia. Para él, desde su originalidad sin precedentes, la lucha de clases tenía como escenario la totalidad del cosmos. 

En su panfleto Los platillos voladores, el proceso de la materia y la energía, la ciencia, la lucha de clases revolucionaria y el futuro de la humanidad (1968), Posadas escribe unas palabras que pasarán a la posterioridad, sepultando cualquier otra arenga revolucionaria que haya dicho antes o después:

“Hay que convocar a las masas, crear las condiciones para derrumbar el capitalismo y la burocracia de los estados obreros e instaurar el socialismo. Es necesario decir a los seres de otros mundos, si aparecen, que deben intervenir ya, colaborar con los habitantes de la Tierra para suprimir la miseria, es necesario hacerles ese llamado”.


Según el texto, los extraterrestres en una bondad casi mesiánica que nos recuerdan a los movimientos new age de la ufología, deberían colaborar con los ignorantes seres humanos para la instauración de un sistema capaz de derrocar al capitalismo. Las ideas de Posadas sin embargo no se gestaron de la noche a la mañana, sino que tienen su origen en los delirios escritos por el director del Instituto de Marxismo Leninismo de Praga en un artículo que de inmediato Posadas se encarga de comentar y de incluso debatir. Este artículo que tanto entusiasmó a Posadas bosqueja el grueso del ideario marxista ufológico.

El autor, que se identifica como Ruml, afirma que “el mundo socialista deberá dar la bienvenida a los marcianos y otros representantes de civilizaciones extraterrestres que solamente pueden dar miedo a las sociedades capitalistas. Si existen civilizaciones extraterrestres, ellas tendrán una organización política semejante a la de los países socialistas”. Para Ruml, fuera de nuestro planeta nuestro planeta no existirían las luchas de clases. Pues “cualquier sociedad espacial cuyos miembros sean capaces de entrar en contacto con otras civilizaciones será una sociedad sin clases cuyos miembros tendrán intereses comunes”. Pero Posadas no adhiere sin vacilar a la teoría de Ruml, sino que la recrea en base a sus propias observaciones teóricas, de acuerdo a sus propios reparos.

Sin duda rescata de Ruml  la idea de que si una sociedad es capaz de realizar viajes a otros planetas es porque ha logrado instaurar un socialismo perfecto. Ambos tienen la convicción de que si los extraterrestres tienen una tecnología superior es porque tienen una sociedad superior, definitivamente internacionalista e interplanetaria y que esa sociedad superior ha de ser necesariamente socialista. Por lo tanto, lo más apto era llamar “compañeros” a los alienígenas y articular junto a ellos las bases de una solidaridad intergaláctica, de un comunismo verdaderamente universal.

Estas ideas podrían haber pasado desapercibidas dentro de sus vastos discursos y desvaríos, los cuales no eran ajenos a las polémicas, de no ser porque uno de sus adeptos más fanáticos Dante Minazzoli, termina obsesionándose con esta idea en particular y plasma en  su libro Por qué los extraterrestres no toman contacto públicamente. Como ve un marxista el fenómeno OVNI (1996), un grueso resumen de las teorías posadistas sobre extraterrestres y socialismo galáctico, dando paso  a la primera célula ufomarxista oficial en Italia: M.I.R (Men In Red), desde donde rescatan el anhelo de Posadas por concientizar a las masas para instar a los seres de otros mundos a colaborar con el proceso terrestre hacia el socialismo:

“Para MIR, la ufología, de por sí es una idea revolucionaria porque mete en entredicho la noción de un universo hecho a imagen y semejanza de los terrestres, el UFO se vuelve una oportunidad para reflexionar sobre nuestro propio planeta desde una posición descentralizada, desde una idea de “anomalía” que insertamos en nuestro sistema productivo que identifica todo con la idea de valor. “Ufo al pueblo!”, entonces, para llevar el conflicto de clase allá donde ningún terrestre ha llegado jamás, uniendo nuestra fuerza a la de la disidencia alienígena”. 

El M.I.R italiano adhiere a la clásica  idea que justifica los viajes interplanetarios gracias a un  nivel de cooperación social que estas civilizaciones habrían logrado y que una sociedad como la nuestra aun enfocada en sus conflictos internos no puede siquiera dilucidar sin la ayuda sideral. Las sociedades extraterrestres en todo el marxismo ufológico son tomadas como un modelo utópico, como la materialización del comunismo ideal, donde se han resuelto todas las contradicciones sociales de nuestro planeta. No obstante, los del MIR se alejan del mesianismo de la Nueva Era, advirtiendo que“La ufología radical no es adventista, pero sostiene que una relación correcta con otras formas de vida extraterrestres puede ocurrir únicamente bajo el sello de la lucha contra el capital…".

 Minazzoli a diferencia de Posadas es un ferviente creyente en los aliens. No usa el sútil condicional del argentino, pues no los ve como una posibilidad, sino como una realidad empírica y comprobable,  instándolos no solo a tomar contacto con nosotros sino que también a persuadirnos en pos del socialismo intergaláctico, y de no ser esto posible a imponernos un Pacto Galáctico que nos someta a sus perfectas leyes.  Lamentablemente, reconoce su soledad en estos fines. Alegando que incluso los trotskistas, sus camaradas de ideas,  se ríen de quienes tienen “la manía de los ovnis”. Lo que es tristemente cierto. Hoy en día los posadistas argentinos reniegan totalmente de los postulados ufológicos de su líder y se centran en el estudio de su bibliografía fundamental. De esta manera, el sitio oficial de su aun existente Cuarta Internacional Posadista no posee ningún material referente a la visión de Posadas sobre los platos voladores.

Minazzoli ve  los primeros tiempos con un dejo casi nostálgico. Para él los buenos tiempos fueron los prehistóricos,cuando las sociedades del espacio tomaban contactos con nosotros regularmente, posiblemente enseñando a las primeras civilizaciones los rudimentos del socialismo espacial. Alienígenas convivieron con humanos hasta que “la evolución histórica consagrara la división de clases”. No es difícil ver cierto paralelismo con la historia del jardín del edén, salvo que acá el pecado que alejó al hombre de los dioses-alienígenas no fue la desobediencia divina, sino la creación de la sociedad de clases. Para Minazzoli esta sería nuestra verdadera manzana, el verdadero pecado original que exilió a los dioses comunistas de las estrellas y terminó por condenarnos al capitalismo.

El MIR veía con recelo el estudio ufológico convencional. De hecho, dentro de sus operativos de acción directa boicotearon varios congresos ufológicos, alegando el aburguesamiento del estudio del fenómeno ovni, soltaban volantes donde se leían proclamas para “revolucionar el pensamiento ufológico”, ocultando sus identidades bajo máscaras de los populares grises.

Si bien no se tiene información sobre la cantidad de militantes que tendría el MIR en la actualidad, es posible que parte de sus ideas hayan calado tímidamente en la izquierda internacional. Hugo Chávez en el 2011 durante la celebración del día internacional del agua, declaró sobre un supuesto vapor de agua encontrado en el planeta rojo: “En Marte, yo siempre he dicho, u oído, no sería extraño que en Marte haya habido civilización, pero a lo mejor llegó allá el capitalismo (risas), llegó el imperialismo, y acabó con ese planeta".  Para muchos, Chávez fue solo irónico. No obstante, el MIR habla también de un destructivo capitalismo intergaláctico, un pancapitalismo, como lo llaman ellos, que incluso tendría coartados de libertad a algunos compañeros extraterrestres, tal como reza un fragmento del libro de Minazzolli: “libertad para todos los camaradas alienígenas disidentes detenidos en las prisiones del pancapitalismo endoplanetario”.

Los lazos entre algunos posadistas y el gobierno chavista podrían explicar sin ánimo de especular demasiado ideas como las dichas en vivo por el fallecido gobernante venezolano. Ahora, fuera del posadismo encontramos otras corrientes de la izquierda ufológica, como Alfa y Omega en Perú, cuyos delirios, que llegan a hablar de comunismo y encarnaciones de Jesucristo en un obrero chileno merecen sin lugar a dudas una entrada aparte.

Es posible que muchos comunistas en la actualidad, afianzados al estricto materialismo vean con burla los postulados de Posadas. Los comunistas que conozco, demasiados atados a lo terreno, no imaginan que quizás el problema sea verdaderamente universal. Que la lucha de clases no se limite a nuestro insignificante planeta. Para despertarlos un poco, cabría recordarles estas palabras y prestar atención a su particular autor:

 “Si lográramos establecer comunicaciones interplanetarias, todos nuestros conceptos filosóficos, morales y sociales tendrían que ser revisados. En tal caso, el potencial técnico, no reconociendo más límites, impondría el fin de la regla de la violencia como medio y método de progreso”  


(Vladímir  Lenin)

5 comentarios:

  1. Estimado, me gusto mucho el artículo y me gustaría saber si hay manera de encontrar los textos de Posada y Minazzoli en alguna parte de internet.
    Saludos

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    1. Creo que el de Minazzolli se puede conseguir en italiano. Veré si logro conseguirlo, aprovechando, también, que estoy aprendiendo el idioma. Saludos

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    2. TExtos de posadas (no publican ninguno sobre ovnis)

      http://quatrieme-internationale-posadiste.org/QIP/index.php?option=com_phocagallery&view=category&id=27&Itemid=24&lang=es

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  2. Gracias por tan buen artículo, yo sin saber nada de estos aitores le comentaba a un amigo marxista el caso de los Ebens y como su sociedad parecia funcionar bajo un comunismo pues en su planeta la gente disponía de lo necesario sin trabajar.

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  3. Gracias por tan buen artículo, yo sin saber nada de estos aitores le comentaba a un amigo marxista el caso de los Ebens y como su sociedad parecia funcionar bajo un comunismo pues en su planeta la gente disponía de lo necesario sin trabajar.

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