I.
Irremediablemente,
el axé te lleva al sucidio. Se sabe que entre danzar la manivela y saltar al
vacío hay solo quince pisos de diferencia.
II.
Antes de su regreso a Chile, Axe
Bahia emigró a Grecia. Allá la rompieron, fueron disco de oro y no había griego
que no danzara la manivela. Atrás habían quedado los tiempos oscuros de Platón,
Aristóteles y Homero; Grecia volvía a sus bacanales de la mano de la chuchuca y
con Jeferson como su Dionisio rerenacido.
III.
Yo deconstruyo la hueá que me
pongan. No tengo límites en esta volá.