Estaba que me meaba. El liceo donde hago la
práctica es de niñas, los docentes que trabajan ahí son en su gran mayoría
mujeres. Solo hay un baño de hombres, que pasa permanentemente ocupado. Una
profesora al notar mi angustia me dice: «Entre al baño de mujeres, pero no le
diga a nadie», pero yo solo escucho «entre al baño de mujeres, usted es mujer,
todas acá lo somos, qué mierda hace en este liceo, de acá a fin de año estará
menstruando, mire que acá estamos todas sincronizadas. Qué entienda algo, la
practicante».
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